Más de una vez he escuchado a personas con la tentación de crear redes sociales de universos sociales abiertos, donde los límite a la hora de compartir se establecen únicamente por el tamaño mismo de la red. Esto quiere decir, por ejemplo, que el muro de Facebook mostrara todas las actualizaciones que se producen en la red.
Estos universos sociales abiertos son los que se desarrollan por ejemplo en los foros pero con una importante diferencia, en los foros el centro es el topic, en las redes sociales son las personas y las distintas vinculaciones que pueden relacionarlas.
Cuando el centro es la persona las normas de almacenamiento social cambian radicalmente. La capacidad de socialización de las personas es limitada y por eso las redes sociales crean universos sociales limitados. De hecho el límite lo establece la Regla de los 150, una teoría del devastador sociólogo Robin Dunbar. La Regla de los 150 se resume en que, como regla general, la constitución de nuestro cerebro nos impide mantener relaciones sociales estables con más de 150 personas. Más allá de este número los grupos pierden eficacia, capacidad de comunicación, unidad e identidad.
Esta regla contempla distintos niveles en función del objeto de grupo. Por tanto la construcción de los universos sociales en las redes sociales debe estar meticulosamente estudiado de forma que su efectividad sea máxima.
Una vez más se ponen en evidencia los dos puntos que deben guiar cualquier proyecto: objetivo y públicos. No me cansaré de repetirlo.