Escribe Julen sobre la llegada de la era de la nanoinformación provocada no tanto por Twitter o el Messenger sino por el propio humano, que lleva la información vanal a un lugar privilegiado en la escena del conocimiento.
Julen hace referencia a la ley de Carlsson, que dice: Todo trabajo interrumpido es menos eficaz y consume más tiempo que si se realiza de manera continua. Ley que está plenatmente vigente y quepone en evidencia lo dramático de la sociedad que estamos configurando.
Se dice que los datos están por encima del conocimiento, pero eso no es posible en un marco tecnológico donde hay demasiada densidad de datos como para poder digerirlos.
Nos pasamos el día recibiendo datos, los analizamos, los categorizamos, los etiquetamos y guardamos para después crear contenido interpretable. Pero con la cantidad de datos que recibimos diariamente y tan poco contextualizados llegamos a un punto en el que la nanoinformación se convierte silencio estridente, en ausencia de información enmascarada en forma de números.
Este ruido informativo, más peligroso, contaminante y atontolinante que el ruido de las grandes cuidades, que no permite el silencio interior. Y sobre todo permite a los demás manipular a cualquier de cientos y formas posibles.
Por cierto Julen, felicidades por tus dos añitos y gracias por tu diarrea mental 😉