Me comentaba un compañero de piso mientras me dejaba El Mundo encima de la cama que me fijase en la cantidad de cosas que hay para leer en un solo día. Y es verdad, hoy se ofrecían más de 150 páginas de información, reportajes y suplementos con guías de compra. ¿No sería mejor escribir menos y de más calidad?, me preguntaba. Yo le respondía, no sé si acertadamente, que el diario es un servicio que tenemos que, se use o no, debe cumplirse. Su respuesta fue rápida: “Sí, pero eso perjudica a al periodismo”. Juzgo la respuesta como equivocada, porque la calidad “literaria” del periodismo no es su fin, sino la prestación de un servicios.
Ahora me pregunto yo, ¿y que pasa con los weblogs? ¿Es mejor cantidad o calidad? Como ya he afirmado en otras ocasiones es función originaria de los weblogs crear conocimiento, de ahí se deriva una necesaria calidad. Atención, que no hablo de ego-weblogs. La cantidad no tiene porqué verse influida por el primer parámetro. Pero es necesaria esa calidad porque sí forma parte del fin último de una bitácora. Cosa que no ocurre en la misma medida en el periodismo.
Si estoy equivocado, por favor, que alguien me corrija.