Me recuerda Eduardo Arcos una experiencia no tan negativa como la suya con los servicios técnicos. Los clientes no somos tontos, gracias a Dios, pero las cosas buenas también hay que contarlas.
Como recordaréis me compré un portátil no hace mucho tiempo. Pues bien, a los cinco o seis días comprobé que la grabadora no funcionaba. Tan rápido como pude llamé al servicio técnico que me remitió a la tienda donde lo había comprado. Me dirigí al Fnac que hay en CC La Cañada de Marbella y sin más explicaciones me hicieron una pequeña rebaja sobre el precio del producto (que ya me había costado menos por ser el último y estaba en el expositor) y a los pocos días me trajeron uno completamente nuevo.
Los clientes no somos tontos.