¿Por qué la televisión se ve cada vez menos? ¿Por qué los jóvenes apuestan por otras fórmulas como Internet?
La respuestas a estas preguntas se encuentran en una película tan conocida como Buenas noches y buena suerte. En el film Edward R. Murrow se queja de que la televisión y va encaminada al entretenimiento puro y se iban a olvidar las fórmulas antiguas.
Sin llegar al extremo de los inicios del cine en la que cualquier escena cotidiana era tema para grabar y exhibir, los programas televisivos de los 50 y los 60 cumplía los requisitos de un buen producto audiovisual: al menos informaba y entretenía.
En la actualidad la televisión es puro entretenimiento (recomiendo que leáis Divertirse hasta morir de Neil Postman). Los programas utilizan un recurso fácil para implicar al público y lo entretiene. Es un recurso que utiliza desde Gran Hermano hasta cualquier Telediario o Informe Semanal. Es reflejo de la sociedad: todo comodidad, y que alguien me entretenga.
En cambio la tendencia es evidente, cada vez se ve menos televisión y se utiliza más Internet (y 2). ¿Por qué? Porque la verdadera fórmula para que un producto audiovisual es que sea interesante.
Interesante (= información + entretenimiento ) + implicación personal
Y curiosamente son elementos que Internet cumple estupendamente. Los weblogs rozan la perfección de esta operación. Un usuario de Internet busca la información o el servicio que necesita (implicación personal), esta información está representada de muchas formas, algunas de ellas son entretenidas. El ciclo ya se ha cumplido, en una fórmula sencilla que los altos directivos de las televisiones no buscan porque son arriesgadas. Prefieren probar con formatos ya explotados en otras cadenas y de éxito asegurado.
Internet triunfa por culpa del entretenimiento puro que ofrece la televisión. Internet triunfa porque utiliza la misma fórmula que la televisión en su época dorada. La naturaleza de ambos medios son diferentes, no lo dudo, pero la integración está a la vuelta de la esquina, y televisión tuvo en sus antepasados la fórmula mágica. No hay excusa que valga.